jueves, 2 de julio de 2009

Sofi y los libros.



“iba matando canallas
con su cañón de futuro”.
Silvio



No importa cuál sea la circunstancia: la muerte siempre desgarra el alma. No hay manera de librarse y de ponerse al margen de sus cortantes caprichos. La piel se hace más blanda y las palabras son distantes postigos, puertas invisibles donde reposa la sublime esperanza de un quizás. Te ahogan los quejidos, no puedes respirar, te abandona el tranquilo día que apenas si comienza. Buscas la compañía impalpable de recuerdos, de la memoria: esa infinita carretera donde se cruzan tantas preguntas, ésas que nadie puede responder. Sigues la ruta, pero sabes que te pesan los huesos, que los días ya no tiene ese encanto de ayer, que no quieres hablar con nadie, que no hay canción que te alivie, que te quedas mudo, que quieres gritar, que te pones pálido, que te pones rojo del dolor, que quieres llorar y no puedes, que te paralizas, que no paras de hablar, que no te sale una lágrima, que apenas si te sostienes, que te haces el fuerte, que no puedes rezar ni orar, que la noche y el día parecen la misma cosa, que los poemas son una cosa y la muerte, la muerte es una vaina seria que desgarra el alma, que te hace brincar, que no se apiada de tus amigos, que no perdona tus errores, que viene y te arranca un tajo sin pedir permiso, sin decir nada a nadie, sin dar señales, sin permitirte hacer algo. Te pega contra la pared y aprovechando el susto, te deja sin aliento.

Conversé con Sofi tres veces. Siempre hablamos sobre libros. Coincidíamos en esta cosa de amar la lectura, de abrir un libro y encontrar tantas tierras inexploradas. A ella le gustaba ir más allá de la oración escrita, de la elemental materia que deletreamos cuando nos toca auscultar cualquier enunciado. No la dejaba tranquila el normal sujeto que predica un verbo. Iba más allá. Quería explorar y hacer explotar el universo oculto de cualquier palabra, de cualquier frase. Sus amigos más cercanos saben que no miento, que no exagero, que no extralimito esta mirada en pretérito imperfecto, que ella siempre fue una enamorada de los libros y de los universos que a partir de ellos se fundan. Inolvidable la tarde en que hablamos de su ciudad: San Cristóbal. Le sorprendió lo mucho que me encanta ese lugar y sobre todo saber que teníamos al extraordinario escritor venezolano Alberto Rodríguez Carucci, como un amigo en común.


-¿Conoces a Carucci - me dijo-?.


-Sí, no sólo lo conozco, fue mi tutor de tesis y es uno de mis mejores amigos; es como un padre para mí -le dije-.


-Yo hice un trabajo sobre escritores venezolanos y lo incluí a él. Me gustaría que lo vieras -me dijo-.


Nunca pude ver el trabajo que Sofi hizo, pues ella tomó su fusil y se fue a otras batallas. Se fue con esa sonrisa de libro abierto con la que siempre la voy a recordar y aunque su decisión ha provocado un inmenso dolor en aquellos que tuvimos el honor de su amistad, es algo que respetamos. Su amor por libros, por la lectura, por la canción necesaria, su inconformidad con las reglas que rigen este mundo donde privan las injusticias, nos acompañará por siempre.

Sofi, seguiré escribiendo La Lengua de Sancho, también mis poemas, y seguiré peleando con los profes, por los libros, por la lectura, por la literatura, por la filosofía y por vos que ahora te fuiste y me ves llorando y escribiendo, mientras tú iluminas la noche de Santiago con una de esas sonrisas tan tuyas, la sonrisa de un libro abierto.



Chao, Sofi.

Nos vemos pronto.


Nos vemos siempre.
Elaborado por: Isaías Cañizález Ángel

4 comentarios:

  1. Gracias Isaías por escribir estas palabras en las que me siento muy identificada. Creo que muchos de los que tuvimos el placer de conocer a Sofi, vimos en ella cada una de esas cualidades que mencionas.
    Gracias Luis Felipe, por tener la fuerza para publicarlo... la vida nos pone en estos caminos difíciles para crecer, aunque duela.

    Susana, Nayi, Familia Colmenares... no están solos, comparto su dolor y aqui estoy a la orden para lo que necesiten.

    Sofi... conmigo se queda tu sonrisa, tu calidez, tu inteligencia, tu ganas de luchar... Te recordaré siempre con cariño!

    Erika Luque

    ResponderEliminar
  2. Indiscutiblemente, la muerte siempre desgarra el alma. Nos recuerda bruscamente que en este mundo no somos más que simples mortales. Aunque, no se puede negar que el paso de muchas personas por este camino "el de la vida" son dados con tanta fuerza que será imposible borrar sus huellas...

    En realidad no tuve la fortuna de muchos de mis compañeros, la de compartir con Ana Sofía; pero son tantas las cosas buenas que recuerdan de ella, que sólo puedo imaginar a una gran mujer...

    De mi parte, no queda más que expresar mi dolor por esta partida... y hacerle saber a sus familiares que aquí tienen a una amiga... que los acompaña en su dolor y que está a la orden para lo que necesiten. Se les quiere y recuerda con cariño.

    Amelia Linares.

    ResponderEliminar
  3. “Para empezar a privar a la muerte de su mayor ventaja sobre nosotros, adoptemos una actitud del todo opuesta a la común; privemos a la muerte de su extrañeza, frecuentémosla, acostumbrémonos a ella; no tengamos nada más presente en nuestros pensamientos que la muerte (. . . ). No sabemos dónde nos espera la muerte; así pues esperémosla en todas partes. Practicar la muerte es practicar la libertad. El hombre que ha aprendido a morir ha desaprendido a ser esclavo.”
    Paz a su alma!

    ResponderEliminar
  4. Disculpen, yo conoci a Ana Sofia y a su familia aqui en San Cristobal, pero tenia mucho tiempo sin saber de ellos, en este momento me estoy enterando de la muerte de Ana Sofia y de verdad le agradeceria a cualquier persona que me pueda informar sobre cuando, donde y como murio, de verdad me cuesta creerlo... Por favor les agradezco que me respondan... Gracias.

    ResponderEliminar

Por comentarios ateriores con intenciones malsanas e insultantes, lo cual demuestra un aparente mal uso del blog, generando cadenas de comentarios poco provechosas para el debate, los mismos ahora serán (de manera forzada) revisados y discriminados por el Vocero a cargo de la administración del blog.