miércoles, 28 de octubre de 2009

CONVOCATORIA A PRESENTACION DE PONENCIAS PARA

PRIMERA JORNADA DE JOVENES
INVESTIGADORES DE LA ELAP
19 – 20 de Noviembre 2009

Se convoca a todas/os los estudiantes de postgrado de la ELAP, a participar en la presentación de ponencias de investigación o ensayos de reflexión crítica sobre la realidad social, política, económica y cultural de América Latina.


Bases para la presentación de ponencias:

Se recibirán propuestas de ponencias que se refieran a investigaciones en curso, especialmente la presentación de trabajos interdisciplinarios.

Los enfoques disciplinarios que se abordarán durante esta jornada son: política, educación, psicología, economía, historia, sociología, estudios culturales y comunicación (entre otros).


Ejes Temáticos:
La jornada contempla el desarrollo de 8 ejes temáticos, cada uno de los cuales serán coordinados por un docente investigador de la ELAP.

Ejes:

1.- INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA
2.- POBREZA, EXCLUSIÓN Y TRABAJO
3.- EDUCACIÓN Y DERECHOS EDUCATIVOS
4.- DEMOCRACIA, PARTICIPACIÓN Y CIUDADANÍA
5.- MUJERES Y POLÍTICA
6.- CULTURA Y COMUNICACIÓN POLÍTICA
7.- HISTORIA, MEMORIA Y MOVIMIENTOS SOCIALES
8.- DESARROLLO Y GOBIERNO LOCAL


Plazos de presentación del resumen

Inscripción y presentación de resúmenes de ponencias: 04 de Octubre al 21 de Octubre 2009

Presentación del resumen:

El resumen de ponencia que se presenta deberá contener lo siguiente:

a) Título de la ponencia
b) Descripción del problema abordado.
c) Nombre del o los autores (máximo dos autores)
d) Programa académico de postgrado al que pertenece el o los autores.
e) Eje temático al que postula
f) Extensión máxima 1 carilla y media

* Los autores podrán presentar hasta dos resúmenes



Selección de ponencias (26 de Octubre)

• La selección de resúmenes de ponencias estará a cargo de una comisión evaluadora integrada por docentes investigadores de la ELAP.

• Los resultados serán comunicados a sus autores entre el 27 y 28 de Octubre a través de correo electrónico.

• Entrega del Documento final de la ponencia seleccionada: (29 octubre al 09 de noviembre)

• La presentación de la ponencia seleccionada deberá enmarcarse bajo las siguientes formalidades:

a) Extensión: 8 a 10 páginas,
b) Tamaño hoja carta,
c) Letra; Times New Roman 12, interlineado a espacio y medio, márgenes de 2,5cm.


* Enviar el texto por correo electrónico a aordonez@uarcis.cl


Presentación de la ponencia en la Jornada

Exposición 15 minutos por autor. Las ponencias serán presentadas en mesas temáticas y quedarán conformadas por tres ponencistas las cuales se han programado bajo los siguientes criterios de horario.

Jueves 19 noviembre, 9:00 a 19:00 hrs. Sala Helvio Soto
Viernes 20 de noviembre: 9.30 a 15:00 Hrs. Sala Helvio Soto


Comisión Académica Evaluadora:

Daniel Núñez
Claudio Lara
Federico Galende
Álvaro Cuadra
Eduardo Thayer
Violeta Pankova
Jesús Arboleya
Juan Carlos Gómez
Teresa Quiroz
Daniel Palma
Antonio Aravena
Alejandra Castillo

Selección y Premios

Las mejores ponencias de la jornada se difundirán a través de una publicación especial de la ELAP. El comité editorial encargado de esta tarea estará integrado por Daniel Núñez, Alvaro Cuadra, Daniel Palma y Alejandra Ordóñez. También se distinguirán tres ponencias las cuales serán publicadas en la Revista América Latina 9, del Programa de Doctorado PROSPAL, previa aprobación por parte del comité editorial de esta revista. Todos los participantes recibirán un certificado de acreditación de ponente.

Comisión Organizadora
Berenice Ojeda
Eduardo Thayer
Carlos Rivas
Alejandra Ordóñez

lunes, 19 de octubre de 2009

Obama ha hecho los méritos para obtener el Premio Nobel de la Paz


Repugnado y arrepentido por haber inventado una serie de sustancias destructivas, Alfred Nobel, trató de enmendar su error al testar en 1895 a favor de crear un fondo encaminado a premiar los mejores exponentes de distintas áreas del saber y a aquellos que hicieran un aporte destacado para el logro y mantenimiento de la paz en el mundo.

Desde 1901, primer año de entrega del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama es el cuarto presidente de Estados Unidos que recibe la distinción. Sin embargo, esta es la primera vez que se entrega -según la información proporcionada por el Comité Noruego del Premio Nobel- no por alguna obra o acción realizada a favor de la paz sino por “su extraordinario esfuerzo a favor de fortalecer la diplomacia y la cooperación internacional”.

Imagino que con esto se inaugura una nueva etapa en que el Comité Nobel tan preocupado por el mantenimiento de la paz en el mundo, -al no encontrar a nadie que haya hecho una acción en este sentido- se va a encargar ahora de premiar a aquellos que al menos hagan “esfuerzos” en tal dirección.

En esta lógica, es de esperar que los próximos Premios Nobel sean una dura lucha entre el dictador de Honduras Roberto Micheletti, por su esfuerzo para recibir a la delegación de la OEA que busca restituir al presidente constitucional de ese país, Álvaro Uribe por sus extraordinarios esfuerzos por restablecer las relaciones diplomáticas con Ecuador después de haber ordenado la invasión a ese país o Alan García, el presidente peruano por su descomunal esfuerzo para pacificar a los indios que pretenden evitar que sus ancestrales territorios sean vulnerados por las transnacionales que intentan instalarse en su pachamama querida.

En tan memorable día es bueno recordar quienes fueron los anteriores colegas de Obama en recibir la distinción. El primero de ellos en 1906 Teodoro Roosevelt, por establecer para América Latina la política del “Gran Garrote” que inauguró una época de intervenciones militares de Estados Unidos en el Caribe. Entre estas políticas que le hicieron acumular méritos para tan distinguido premio está la invasión a Cuba en 1902 y la instalación de la Enmienda Platt en la Constitución cubana con la cual se pretendía legalizar la intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de la isla.
Roosevelt adjuntó a la Doctrina Monroe el corolario que lleva su nombre y que permitía a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos actuar como “policía internacional” ante cualquier conflicto que surgiera en América Latina. Así, además de Cuba, apoyó la intervención imperialista europea contra el gobierno de Cipriano Castro en Venezuela en 1902, y ordenó la invasión de la armada de Estados Unidos en República Dominicana en 1905, entre otras importantes acciones por la paz.

Después de Roosevelt, el Presidente Woodrow Wilson fue honrado con tal alta distinción en el año 1919. Entre los méritos más importantes que lo llevaron al mismo se debe destacar que en su período de gobierno se firmó con Nicaragua el Tratado Bryan-Chamorro, mediante el cual se vulneraba descaradamente la soberanía nicaragüense, incluso con la pretensión no refrendada de instalar un instrumento similar a la Enmienda Platt en la Constitución de ese país centroamericano. En 1915, Wilson ordenó la intervención militar de Estados Unidos en Haití, sometiéndolo a este país a una situación colonial por 18 años. Miles de haitianos murieron por la represión desatada durante ese período y al igual que Roosevelt ocupó militarmente República Dominicana en 1916. Pareciera que esta es una condición para obtener el Premio Nobel de la Paz.

Durante muchos años, los presidentes de Estados Unidos no hicieron méritos suficientes para obtener nuevamente el Premio Nobel, pero en 1973 Henry Kissinger, Secretario de Estado en el gobierno de Richard Nixon, junto al vietnamita Le Duc Tho ganaron el reconocimiento.

Entre las acciones más destacadas de Kissinger están su colaboración y apoyo para las violaciones de los derechos humanos por la dictadura militar que se entronizó en Argentina en 1976, la organización, dirección y financiamiento del golpe de estado contra Salvador Allende en Chile en 1973 y el posterior sustento político internacional de la dictadura de Pinochet. Además se conoce su papel como soporte de la dictadura de Suharto en Indonesia y la autorización para el bombardeo sobre población civil en Vietnam, Laos y Camboya durante la guerra de liberación de esos pueblos en los años 70.

Es válido decir que Le Duc Tho en representación del honor y la dignidad del heroico pueblo vietnamita se negó a recibir el Premio Nobel junto a Kissinger.

Siguiendo la tradición del Nobel, Jimmy Carter en el año 2002, -cuando ya no era presidente- y había creado una fundación para lavar sus culpas de la necesaria vocación imperial que todo presidente de Estados Unidos debe tener para servir a las poderosas transnacionales que controlan la economía de ese país, también fue distinguido.

Durante su mandato, Carter, aunque tuvo una actitud menos agresiva que sus antecesores apoyó a los gobiernos represivos de Centroamérica, abogó por una salida a la “estadounidense” de la dictadura de Somoza en Nicaragua y el Sha de Irán. En Nicaragua incrementó los mecanismos de negociación para dejar fuera a los sandinistas del gobierno que sucediera a la dinastía somocista y hasta intentó una intervención militar a través de la OEA cuando la dictadura militar fenecía a mediados de 1979.

Sus asesores más importantes respondían a la lógica del Complejo Militar Industrial y durante su período el mundo vivió momentos de gran tirantez entre los polos de poder mundial. Carter fue gran promotor de las tensiones planetarias que elevaron considerablemente las ventas de armas en el orbe durante este período, se negó a ratificar los Tratados SALT-2 con la Unión Soviética para reducir el arsenal nuclear, por el contrario jugó un papel destacado en la renovación del arsenal nuclear de Estados Unidos y de la OTAN. Debe ser por todo esto que se hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz.

Con todos estos antecedentes es fácil entender porque el Comité Noruego del Nobel le concede este reconocimiento al presidente Obama. En estos pocos meses de su gobierno ha hecho esfuerzos importantes para el logro de la paz en el mundo, entre estas acciones están el mantenimiento de Robert Gates como Secretario de Defensa, hecho inédito en la historia de Estados Unidos, aceptando la imposición del Complejo Militar Industrial, y avalando con ello la política guerrerista de Bush, el fortalecimiento del apoyo al genocidio israelí en Gaza, su solidaridad disimulada con la dictadura hondureña al no declarar jamás que lo ocurrido en ese país ha sido un golpe de estado, el incremento de la presencia militar estadounidense en Afganistán y su silencio ante el exterminio de su población civil indefensa por parte de las tropas de Estados Unidos y la OTAN, la profundización de la intervención militar en Irak, la reactivación de la 4ta. Flota de la Armada en el Caribe y el Atlántico Sur, la instalación de siete bases militares en Colombia, dos en Panamá y un radar en Costa Rica para restructurar y reinstalar la capacidad de mando y control del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de la potencia imperial y cooperar a través de la DEA con los carteles del narcotráfico que introducen drogas en Estados Unidos al no tomar una sola medida para luchar contra la demanda de estupefacientes en su país.

No se puede criticar al Presidente Obama por haber sido objeto de tal reconocimiento, él no ha hecho nada por recibirlo, ni siquiera hizo campaña o “lobby” para ello, pero si tuviera un poquito de dignidad y honor debería mandar una carta al Comité noruego, negándose a recibirlo. Él, aún no ha hecho los méritos de Roosevelt, Wilson, Kissinger o Carter y por el bien de la salvaguarda de nuestro planeta y de la sobrevivencia de la vida sobre la tierra esperamos que nunca los haga.


Elaborado por: Sergio Rodríguez Gelfenstein


Octubre, 10 de 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

Pensando con el genio Deleuze…

…Tracé unas líneas o coordenadas que me permitieron responder la pregunta ¿cómo investigar los imaginarios sociales?. Constituyó uno de los mayores retos que me he trazado hasta ahora como profesional, desafié mi esquema “del cómo analizar e investigar” instituido durante tantos años por la academia psicológica y psicoanalítica. Puedo afirmar que me permití “estallar”, me hundí con placer en el pensamiento de Deleuze… tan excitante, droga para mis sentidos.

Así, tomando del lenguaje foucaultiano el concepto “caja de herramientas”, el cual es, para mi proceso elucidatorio la máxima estrategia, liberadora en sí misma, pues no se trata de disponer de un marco teórico previo para “interpretar” los hechos, si no más bien de disponer de un conjunto de autores con los que pensemos desde un campo de problemas, me dejé llevar a aguas profundas de la mano de Deleuze.

Es relevante para mí señalar, que “Interpretar los hechos” es una categoría que, en sí misma, implica una acción alienante, provista de infinitos aspectos contaminantes, pues partiendo del hecho mismo de que quién interpreta trae consigo sus propias ideas y significaciones, entonces nos preguntamos a quién pertenecerían entonces éstas producciones, si no que al mismo investigador, que jugó y juzgó tener el conocimiento absoluto de las cosas. “No se trata de cuantificar ni de medir las propiedades humanas, sino de problematizar los acontecimientos humanos por una parte, y por otra, de desarrollar como acontecimientos humanos las condiciones de un problema”.[1]

De este modo, pensar desde un campo de problemas implica abrirse a complejos procedimientos elucidatorios, manteniendo siempre preguntas abiertas que operan como recurrencias, advirtiéndonos sentidos. Deleuze dijo a Foucault “no hay corazón…sino un problema, es decir, una distribución de puntos relevantes; ningún centro, pero siempre descentramientos, series con, de una a otra, la claudicación de una presencia y una ausencia – de un exceso y un defecto”[2]. Así que, pensar desde un campo de problemas, significa dejar de pensar en el sujeto y en el objeto, dejar así de psicologizar lo social que lleva a su menosprecio al sintomatologizarlo, también dejar el inútil juego determinista que supone el objeto, que nos aleja de la abundancia de lo impalpable, imponiendo sus lógicas razonables inscritas en interminables y determinables sistemas y conexiones, y que nos alejan de la esencia misma del fenómeno social: “el acontecimiento”.

Pensar problemáticamente, entonces, sería pensar el acontecimiento, que en el límite de los cuerpos profundos, es un incorporal, los sentidos del verbo, supone pensar el límite de lo que se sabe, condiciones de posibilidad, lo que deviene y/o devenir ilimitado, presente infinito sin pasado ni futuro. En el acontecimiento hay una declinación de las causas, este efecto no es aquello que surge de una causa específica, sino la producción misma de un sentido posible dentro de un marco singular. Vivir, pensar, es siempre un encuentro, un acontecimiento, sin que podamos dar razones de éste[3], es decir, no es codificable en términos de una logificación que lo concrete y lo comprenda.

Deleuze así lo expone en su texto: “El acontecimiento es coextensivo al devenir, y el devenir mismo, coextensivo al lenguaje; la paradoja es pues esencialmente «sorites», es decir, serie de proposiciones interrogativas que proceden según el devenir por adiciones y recortes sucesivos. Todo ocurre en la frontera entre las cosas y las proposiciones”[4].

Entonces, dado un acontecimiento, se plantea un campo de preguntas infinitas, y así una lectura de ellas, “un modo de lectura que rodea sin decir”[5], que distinguiendo y puntuando las insistencias que devienen así en el acontecimiento, se consigue trazar líneas de sentidos, fisuras que se abren y que posibilitan la visibilización de las insistencias. Para investigar imaginarios sociales, finalmente, se plantea la cuestión crucial: “suspensión de la comprensión”[6] como un recurso tecnológico que abandona la lógica racional que comprende, así, se “vuelve posible leer algunas de las significaciones que circulan simultáneamente en todas las dimensiones posibles de su complejidad”[7].

Elaborado por: Carolina Árias Adrián.


[1] Deleuze, G. “Lógica del Sentido”.
[2] Foucault, M. “Theatrum Philosophicum”.
[3] François Zourabichvili, Deleuze, una filosofía del acontecimiento, Argentina, Amorrortu.
[4] Deleuze, G. “Lógica del Sentido”.
[5] Fernandez, A.M. “Lógicas Colectivas” Imaginarios, Cuerpos y Multiplicidades. 2007.
[6] Ídem.
[7] Ídem.