jueves, 9 de julio de 2009

Mecanismos de Transmisión de la crisis financiera a América Latina

Tal como lo manifiesta el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas en el informe “Recomendaciones de la Comisión de Expertos del Presidente de la Asamblea General sobre las Reformas del Sistema Monetario y Financiero Internacional” elaborado en abril del presente año, la crisis financiera que estalló en 2008 se originó en los países desarrollados o adelantados pero se ha extendido rápidamente hasta convertirse en una crisis económica mundial que afecta a todos los países, incluidos los países con economías emergentes y los países menos adelantados, realidad a la que no escapan los países de América Latina y el Caribe.

En este sentido, el prestigiado economista colombiano, José A. Ocampo, en su artículo elaborado para la revista CEPAL, titulado “Impactos de la Crisis Financiera Mundial sobre América Latina” identificó tres canales por las cuales ésta se ha propagado por la región, los mismos que permitieron el ciclo de bonanza durante el periodo 2003-2007:

· El flujo de remesas, el mecanismo de menos relevancia para la región, pero de gran importancia para economías pequeñas, como las de Honduras y El Salvador;

. El comercio internacional y

· Las corrientes de capital.

A continuación, una breve explicación sobre en qué consisten y la relación con los elementos que originaron la crisis.

Las remesas constituyen un gran flujo de dólares hacia países tradicionalmente exportadores de inmigrantes. Existe una relación directa entre flujos migratorios y remesas, de dirección centro-periferia, que ha caracterizado economías regionales, sobretodo las más pequeñas. Desde Estado Unidos y España, principalmente, estos flujos irrigan las economías de Bolivia, Perú, Ecuador, Honduras, El Salvador, las tres últimas de las cuales son muy sensibles a estos envíos. Ocampo afirma que el decrecimiento de las remesas afecta a la región, pues deja de recibir ingresos que sostienen a considerable número de familias de bajos recursos, y que su origen es el incremento del desempleo tanto en España como en Estados Unidos, que en junio registró un 9,5%, la tasa más alta para el último cuarto de siglo en dicho país. La caída de la actividad económica se concentra en sectores que dan empleo masivo a inmigrantes, tales como construcción, servicios, manufacturas, hoteles y restaurantes. Según datos del BID, las remesas a América Latina y el Caribe cayeron entre 11 y 13%, desde enero de 2009.

En el ámbito comercial, las economías de México, Centroamérica y el Caribe, se han visto afectadas por el retroceso del nivel real de comercio exterior, a lo que se debe agregar el conflicto de Honduras, que ha provocado impactos económicos que van más allá del intercambio comercial en toda la región. De otra parte, las economías sudamericanas, sobre todo las exportadoras de productos mineros y energéticos, han experimentado un fuerte deterioro en los términos de intercambio, los cuales, sin embargo, en el presente año han experimentado una recuperación, casos del cobre y el petróleo, que tienen fuerte impacto en las economías de Brasil, Chile, Ecuador y Venezuela.

En tercer lugar, respecto a las corrientes de capital en América Latina, los balances externos mejoraron notablemente en términos generales durante el período 2003-2007, lo cual permitió a las economías regionales -y sobre todo las más importantes en tamaño- poder enfrentar la actual crisis en mejores condiciones que en contracciones pasadas, en el sentido de que el endeudamiento público externo tuvo ahora mucho menos peso en importancia, lo cual quiere decir serán menos los países, salvo economías pequeñas como las de Centroamérica, que tengan problemas para sanar sus cuentas. De ahí la importancia de generar mecanismos de financiamiento regionales más justos y no impositivos, en concordancia con objetivos de desarrollo económico no dependientes de las grandes potencias tradicionales, que hasta ahora han subordinado las economías latinoamericanas en su beneficio. Sin embargo, subsiste el problema de la volatilidad de las corrientes de cartera como medios de financiamiento externo hacia los sectores privados de América Latina, los cuales se han convertido en elementos de alta vulnerabilidad en términos de endeudamiento.Los mecanismos mencionados se relacionan directamente con los tres elementos que generaron esta crisis financiera y económica exportada por la economía estadounidense hacia el resto del mundo: la burbuja inmobiliaria del año 2007,que afectó los sectores vinculados a la construcción y la inversión y mercados financieros de ese país en 2008, que generó la caída de las remesas hacia América Latina; la burbuja bursátil, de títulos financieros y cotizaciones de bolsa exageradamente altas y volátiles que unida a la burbuja inmobiliaria, ha perturbado las corrientes de financiamiento externo hacia el resto del continente, y el consiguiente shock de la demanda agregada en la economía norteamericana, lo que a su vez afecta a los flujos comerciales, en un ciclo recursivo.
Elaborado por: Economista David Cuevas.