lunes, 25 de mayo de 2009

¿La chofera o la choferesa?

Las más frecuentes dudas en torno a la acentuación.

Estos días de otoño santiagueño han traído consigo ciertos aromas de la Patria. La nostalgia por las calles plenas de sol, los domingos de playa y hasta esas inesperadas lloviznas que casi siempre nos sorprenden en cualquier esquina, le dan un tono bien particular a ese nuestro verano caribeño. En esa metáfora inasible que es la memoria, nos toca recordar y sonreír por aquellas tropelías climáticas. También nos corresponde preparamos, aquí, en Chile, para la llegada del invierno; bueno, si acaso tal situación es posible. Pero también podemos aprovechar para ir depurando esos espasmos que tanto brillo le restan a los textos que elaboramos. Poca fortuna suelen tener aquellas páginas que, inundadas de incongruentes agramaticalidades, pretenden dar forma a la más elemental exposición de ideas. La ortografía no es cosa del demonio ni de las grandes transnacionales como suelen pensar algunos trasnochados. Puedo asegurar, sin vacilar un punto, que intentar mejorar en estos menesteres no produce ninguna enfermedad incurable. Así que sigamos en nuestra sempiterna batalla por domar la belleza femenológica de nuestra lengua.

Nos había quedado pendiente resolver el femenino que corresponde al sustantivo “chofer o chófer”. De entrada hay que aclarar, que son válidas las dos acepciones que aparecen expuestas aquí. Nos referimos a “chofer” (aguda sin tilde) y “chófer” (grave con tilde). En el primer caso, el DRAE la registra como la forma que se escucha en América y que proviene del étimo francés. Es decir, de origen francófono. La segunda es la utilizada en España. Como puede verse la diferencia es sencilla y de fácil comprensión. El femenino bien puede hacerse con un artículo en masculino y femenino: “el/la”. En consecuencia, es correcto decir o escribir, “el chofer/la chofer”. Dependiendo, como es lógico, de la procedencia del hablante o de quien escribe. También es perfectamente correcta, aunque menos usado, el femenino “choferesa”:
Erica, la choferesa, tiene el mejor tiempo de la carrera.
Susana, Amelia y Haydee son las representantes de las choferesas de Valparaíso.

Suena un tanto extraño, pero es gramaticalmente correcta. Esta forma de femenino también es válida para sustantivos femeninos como “alcaldesa”, “condesa”, “duquesa”. Bueno, esperamos haber aportado algo en la formación de la siempre inquieta y curiosa Karlita, mi sobrinita, a quien parece preocuparle de sobremanera estos asuntos. Le deseamos mucha suerte en sus batallas contra la gramática.

Las más frecuentes dudas en torno a la acentuación:

El otro aspecto que nos ocupa tiene que ver con un escenario que suele generar disímiles preguntas, dudas, y, en consecuencia, equivocaciones que fácilmente pueden resolverse. Nos referimos al tema de la acentuación, es decir, a la ortografía, parte de la gramática que, como todos sabemos, nos ayuda a minimizar las posibles falencias que aquí puedan surgir. En este caso revisaremos el apartado que nos permita mejorar a la hora de poner los acentos, como solemos llamar a la “tilde”. Lo primero que debemos recordar es que todas las palabras llevan acento; pero, dependiendo de la regla que deba aplicarse, ese acento se convertirá en una “tilde”. Tenemos tres casos muy puntuales:
a) palabras agudas: llevan tilde en la última sílaba siempre y cuando la palabra termine en las consonantes “n” “s” o en alguna “vocal”.
b) palabras graves: llevan tilde en la última sílaba siempre y cuando la palabra no termine en las consonantes “n” “s” o en alguna “vocal”.
c) palabras esdrújulas: todas llevan acento.

Como puede leerse, las reglas son muy sencillas, pues la primera y la segunda guardan una relación muy marcada; y en el caso de la tercera, le vamos a poner la “tilde” a todas las que son esdrújulas. Claro, existe un conjunto de excepciones, donde suelen complicarse las cosas; pero, en principio, podemos señalar que lo más es importante aquí, aparte de estas normas, es afinar el oído y tener claro que la colocación de una tilde tiene como propósito principal minimizar cualquier tipo de ambigüedad, es decir, que ninguna palabra, frase u oración, al ser leída, produzca una interpretación errónea de lo que se desea comunicar. Veamos dos simples ejemplos:
Ella fue una pérdida para nosotros.
Ella fue una perdida para nosotros.

La sábana es verde.
La sabana es verde.

Dos oraciones cuyo sentido difieren, de forma sustancial, en su contenido y como podemos observar, quien produce esa discrepancia entre una intención y la otra, es una simple” tilde”. Bastaría, entonces, con afinar el oído y aplicar la regla que corresponde para cada caso. De la misma manera suelen generar un montón de dudas la colocación de tildes en algunos monosílabos. Aquí solo basta recordar lo que señalábamos antes: la tilde se usa para evitar ambigüedades. Entonces, solo llevarán tilde aquellos monosílabos cuyos enunciados tengan dos espacios semánticos conceptuales a la vez. Tal es el caso de:
“te” (pronombre personal) y “té” (infusión); “de” (preposición) y “dé” (verbo dar); “se” (partícula pronominal) y “sé” (verbo saber); “el” (artículo) y “él” (pronombre); “mas” (conjunción adversativa) y “más” (adverbio de cantidad”; “aun” (preposición) y “aún” (adverbio de cantidad o tiempo); “si”(condicional) y “sí” (afirmación).

De todas estas particularidades ortográficas debemos destacar que no llevarán “tilde” ninguna forma de pretérito simple que sea monosílabo, pues no tienen otra utilidad en nuestra lengua. Entonces, eso significa que no debemos colocar tilde a:
Vio, dio, fue…
Ni tampoco al monosílabo “fe”, al que muchos suelen colocarle una tilde. Es incorrecto, también, ponerle tilde a los pronombres demostrativos o posesivos:
Esa casa/ese señor/esta calle/esas avenidas/mi casa/tu árbol

En ninguno de estos casos se pone tilde. En cambio, cuando estas mismas formas cumplen funciones de pronombres personales sí llevarán tilde:

Ése/ésa/ésos/ésas/mí/tú/


Por último, agregaremos que en el caso del demostrativo neutro “esto” jamás se le debe colocar tilde salvo que sea usado en plural:
Los artículos elaborados por éstos, los amanuenses, deben ser corregidos.

Llegó la hora de irnos. Esperamos seguir aportando en esta batalla contra las más frecuentes dudas a la hora de desenfundar la mágica espada de las palabras.

¡HASTA LA PRÓXIMA!
Elaborado por: Isaías Cañizález Ángel

1 comentario:

  1. Estimado Isaías, te quiero dar las gracias por esta iniciativa, estos artículos ayudan a corregir algunos vicios e incentivan la escritura.
    Considero que todo contribuya a la formación debe ser apoyado. Te invito a que sigas con tu trabajo en "La lengua de Sancho"
    un abrazo
    Yheicar

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